¿Vas a ser padre o madre por primera vez? Entonces es completamente normal que te asalten miles de dudas. Pero tranquilidad, no vas a ser la primera persona que se pregunte si ‘será capaz de hacerlo bien’ o duda si cometerá ‘cientos de errores’ y todos hemos pasados por ese proceso con éxito. Con paciencia, ganas y un poco de organización todo irá sobre ruedas.   1- Infórmate, con profesionales mejor que con la opinión de otros padres Es bueno que tengas dudas y quieras informarte de todo para estar lo mejor preparado posible, pero no puedes caer en la obsesión y sobreinformación. Casi para cualquier duda que te surja habrá versiones confrontadas en libros, blogs y testimonios de otros padres. Fíate de tus personas cercanas pero solo hasta cierto punto y siempre que creas que es una duda importante, recurre a profesionales. Son los que mejor pueden aconsejarte ya que son expertos y además han tenido que solucionar estas mismas preguntas a otros padres primerizos que, seguro, estaban aún más nerviosos que tú.  En un año serás tú el que no pare de dar consejos y trucos, pero recuerda que cada bebé y familia es un mundo.   2- Alimentar a un bebé, esa tarea tan sencilla  que nos llena de dudas A la hora de alimentar a un bebé hay una norma básica: tienen el estómago muy pequeño, por lo que se llena y vacía muy rápido. Es importante seguir los horarios de tomas que te indiquen los profesionales pero es más importante observar el comportamiento del bebé. Si no quiere seguir tomando es muy probable que se deba a que ya se ha saciado. Si llora y no ves que sea por ningún motivo concreto, es probable que tenga hambre.    3- Cómo sujetar a un bebé, la eterna duda de los que se creen torpes Esa maravillosa sensación de acunar en tus brazos a tu hijo es única pero muchos padres primerizos son recelosos de coger al bebé por miedo a hacerlo mal, que se le caiga o incluso hacerle daño. Está claro que el bebé es delicado, pero la anatomía humana está programada para facilitarnos este trabajo. Lo importante siempre es sujetarle la cabeza, bien con la mano si lo llevamos vertical sobre el pecho o bien con el antebrazo si lo acunamos. Los bebés aún tienen poca fuerza en el cuello y no pueden controlar del todo el peso de su cabeza. Por supuesto, evita movimientos bruscos.   4- Primer baño…¡al agua patos! Aunque pueda parecer contraproducente, a los bebés recién nacidos hay que bañarlos poco y de forma breve, entre dos o tres veces a la semana.  La bañera tiene que ser adaptada para bebés, con una zona completamente plana donde no pueda escurrirse. Sentando al bebé y sujetando su cabeza y cuerpo, échale a mano agua por encima tanto para mojarle como para enjabonar y aclarar.  A la hora de secar al bebé ten en cuenta que su cuerpo tiene muchos pliegues y no debe quedar húmedo ninguno. Para hacerlo más fácil, procura caldear la habitación antes de desnudarlo y al sacarlo de la bañera procura taparlo rápidamente, de pies a cabeza.   5- Primera noche en casa, a dormir y soñar con los angelitos Seguro que la matrona ya te ha dado las recomendaciones más importantes pero nunca está de más recordarlo: el bebé tiene que dormir en postura de cúbito supino, boca arriba y con la cabeza ladeada.  Se recomienda que se alterne cada noche el lado hacia el que se apoya la cabeza, pues el cráneo del bebé aún se está formando. Eso sí, siempre que se pueda en su cuna, sin almohadas u otros objetos que puedan caer sobre su cara y crearles dificultades para respirar. En caso de que el bebé tenga el ritmo biológico del sueño desestabilizado, intenta que reciba la menor cantidad de estímulos luminosos o sonoros en la hora previa a acostarle.   Seguro que muy pronto empiezas a sentirte un experto en el mundo de los bebés. 

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