Desde que el ser humano levantó las manos del suelo y pudo caminar recto, las madres han llevado a sus hijos pegados al cuerpo. Ahora, gracias a los mochilas portabebés tanto padres como madres podrán disfrutar del vínculo especial que fomenta el porteo con los bebés. 

 

Aunque es cierto que en los últimos años se ha puesto de moda, es una técnica que se utiliza en multitud de culturas y sociedades desde hace cientos de años. La idea, es que el bebé se mantenga en contacto físico con los padres, para así generar mayor confianza, seguridad y calma en él. Además, es una opción perfecta para los padres que viven con la obsesión de no perder de vista a su pequeño ni un segundo, ya que lo tendrán siempre en su campo de visión.

Pero no todas las mochilas portabebés están lo suficientemente preparadas para la situación y las especialidades de los bebés. Una buena mochila portabebés debe ser cómoda para niños pequeños pero también cómodas para los padres, ya que una mala distribución del peso puede acabar causando daños en la espalda del portador.

También es importante que sea ergonómica para el bebé. Una clave de las mochilas portabebés es que deben estar homologadas por la Unión Europea y contar con, por ejemplo, reposacabezas. Así podemos usarlo desde el primer mes de vida y hasta que, antes de cumplir un año, el bebé haya crecido demasiado para la mochila. Con un año de vida el niño va a necesitar más libertad movimiento, por lo que será incómoda tanto para él como para el padre o madre.

La posición ideal para los bebés más pequeños es de ‘cangurito frontal’, es decir, de cara al portador y con las piernas abiertas. A partir de los siete-ocho meses, cuando ya es capaz de ir sentado, se suele cambiar la posición y llevarlo a la espalda por comodidad de bebé y portador.

 

Por tanto, a la hora de comprar una mochila portabebés tienes que tener en cuenta los siguientes detalles

  • Peso máximo recomendado
  • Que sea ergonómico y tenga reposacabezas rígido. Aún así, es recomendable sujetar la espalda del bebé las primeras semanas, hasta que coja fuerza.
  • Ajustable ‘punto por punto’ para que así se adapte a la complexión del bebé y el portador, respetando la postura natural y cómoda del bebé en las distintas etapas de su primer año.
  • El bebé debe ir sentado sobre su culete, con las caderas y las rodillas flexionadas, quedando éstas ligeramente por encima del culo.
  • Firmeza de la mochila, para que el bebé no se escurra por los lados ni se le curve la espalda.
  • Prueba distintos modelos con tu bebé hasta que encuentres el que más cómodo os resulta a ambos.

 

A la hora de comprar una mochila portabebés ten en cuenta el uso que le vas a dar. Por ejemplo, si es solo para trayectos cortos puedes decantarte por una ligera y económica, de nylon por ejemplo. Si vas a utilizarla para paseos largos y de forma habitual, sí que es importante que compres una con refuerzos acolchados.

También tienes que tener en cuenta el tamaño de la mochila si la van a utilizar distintas personas para portar a un bebé, que sea ajustable. En caso de vivir en una zona muy calurosa o de lluvia habitual, también debes comprobar si es transpirable, impermeable...

Seguro que con estos consejos encuentras la mochila portabebés perfecta para ti y tu bebé.