Comida y pantallas: ¿Cómo evitar que los niños coman distraídos y fomentar hábitos conscientes?
¿Te ha pasado? Tu peque no abre la boca ni con un avión de comida, pero pones un vídeo de dibujos y... ¡milagro, come sin pestañear! Todos hemos caído en la tentación de las pantallas como salvavidas, pero, a la larga, comer distraídos no es lo mejor para ellos. La buena noticia: hay formas de cambiarlo y hacer de la comida un momento consciente y divertido. ¡Te contamos cómo!
El problema de las pantallas a la hora de comer
Es verdad, las pantallas son un truco infalible para que los niños coman sin protestar. Pero la **Asociación Española de Pediatría** lo tiene claro: comer mirando la tele o el móvil desconecta a los peques de lo que tienen en el plato. No prestan atención a sabores, texturas ni a su propia hambre, y eso puede afectar su digestión y su relación con la comida a largo plazo. Entonces, ¿cómo salimos de ese bucle? Aquí van 5 ideas prácticas:
1. Apaga la tele (y guarda el móvil)
Sí, suena a caos total al principio, pero convertir la comida en un momento sin pantallas es clave. Prueba a charlar con ellos, contar una historia o cantar algo (¡aunque desafines!). Verás que poco a poco se acostumbran a que la comida sea "su rato" contigo, no con los dibujos.
2. Sé el ejemplo a seguir
Los niños son esponjas, y si te ven comer sin mirar el móvil o la tele, es más probable que lo imiten. Hazlo sencillo: deja el teléfono en otra habitación y disfruta del plato con ellos. ¡Funciona como magia, de verdad!
3. Haz la comida divertida
Si el plato es aburrido, las pantallas ganan la partida. Usa colores y texturas para captar su atención. Los potitos **Babybio**, con ingredientes ecológicos y sabores caseros como verduras frescas o cereales naturales, son perfectos para esto. Un puré naranja de calabaza o un porridge cremoso de avena pueden ser más interesantes que cualquier vídeo.
4. Crea una rutina sin prisas
Comer en un sitio tranquilo y con un horario fijo les da seguridad y les ayuda a conectar con la comida. Nada de prisas ni de "come rápido que llegamos tarde". Un ambiente relajado hace que se centren en el plato y no busquen distracciones.
5. Involúcralos en el proceso
Deja que toquen la comida, huelan los ingredientes o elijan entre dos opciones (¿puré de guisantes o de zanahoria?). Hacerlos parte del momento convierte comer en una aventura, no en una obligación. Con los productos Babybio, hechos como en casa y sin aditivos raros, es fácil dejarlos explorar sin preocupaciones.
¿Por qué vale la pena intentarlo?
Comer con atención no solo mejora la digestión (adiós, barrigas hinchadas), sino que también ayuda a los niños a reconocer cuándo están llenos y a disfrutar de verdad lo que comen. Es como sembrar una semillita para que, de mayores, tengan una relación sana con la comida. Y sí, sabemos que no siempre sale perfecto, pero cada pequeño paso cuenta.
Babybio: tu aliado en este cambio
Con Babybio, tienes opciones ecológicas y naturales que hacen este proceso más fácil. Desde potitos llenos de color hasta papillas de cereales que saben a hogar, todo está pensado para que los peques coman bien y tú estés tranquila. Hechos con ingredientes de origen local y sin azúcares añadidos, son una apuesta segura para engancharlos sin necesidad de pantallas.
¿Y tú, cómo lo haces?
Cada familia tiene sus trucos, y nos encantaría saber los tuyos. ¿Cómo consigues que tu peque coma sin distracciones? ¿Eres team pantallas o team creatividad? ¡Déjanos tus ideas en comentarios y construyamos juntos hábitos más conscientes! ?❤️