¡La respuesta es un rotundo sí! Desde los primeros meses de vida, podemos ayudar a los peques a desarrollar un paladar que disfrute de la variedad y aprecie los sabores naturales. Esto no solo les beneficiará en el presente, sino que les ayudará a relacionarse de manera más saludable con la comida a lo largo de su vida.

¿Por qué es importante educar el paladar desde pequeños?

Cuando los niños están expuestos a sabores artificiales o intensos (como los de los alimentos ricos en azúcar o sal), su paladar se acostumbra rápidamente a esas explosiones de sabor. Esto puede hacer que los alimentos naturales, como las verduras, las frutas o los cereales, les resulten menos atractivos. A largo plazo, una dieta alta en azúcar y sal puede alterar su relación con la comida, dificultando la aceptación de alimentos más saludables y equilibrados.

El impacto del azúcar y la sal en el paladar ❌

  • Azúcar: Los alimentos ricos en azúcar pueden sobreestimular el paladar de los niños, haciéndolos menos sensibles a sabores más sutiles y naturales. Esto puede generar una preferencia por lo extremadamente dulce, lo que lleva a un consumo excesivo de productos poco saludables.
  • Sal: Al igual que el azúcar, el exceso de sal puede alterar la percepción del sabor. Los niños que consumen alimentos muy salados pueden desarrollar una preferencia por alimentos procesados y rechazar sabores más suaves y naturales.

¿Cómo podemos educar el paladar desde el principio?

Desde el inicio de la alimentación complementaria, alrededor de los 6 meses, tenemos la oportunidad de crear una base sólida en la relación de los pequeños con la comida. Aquí te dejamos algunos consejos:


1. Introducir variedad desde temprano

Ofrecer una amplia gama de alimentos, desde frutas y verduras hasta granos y legumbres, ayuda a que los niños se acostumbren a una diversidad de sabores y texturas. Cuanto más variada sea la dieta, más fácil será que acepten nuevos alimentos en el futuro.

2. Evitar el azúcar y la sal añadidos

Es crucial evitar alimentos con azúcares y sales añadidos en los primeros años de vida. Cuanto más natural sea el sabor de los alimentos que ofrecemos a los bebés, mejor. Esto permitirá que desarrollen una preferencia por los sabores auténticos de los alimentos sin depender de ingredientes artificiales.

3. Repetir para familiarizar

A veces los niños rechazan un alimento la primera vez, pero no te preocupes. La investigación muestra que los niños pueden necesitar probar algo hasta 10 o más veces antes de aceptarlo. ¡La constancia y la paciencia son clave!

4. Ofrecer comida atractiva

Haz que las comidas sean divertidas y visualmente atractivas. Un plato lleno de colores y formas diferentes no solo es saludable, sino que también puede despertar la curiosidad de tu peque.


¿Qué logramos educando el paladar desde pequeños?

Al ayudar a los niños a apreciar los sabores naturales, estamos estableciendo las bases para que desarrollen una relación más saludable con la comida a lo largo de su vida. Un paladar educado desde temprana edad tiene menos probabilidad de depender de alimentos ultraprocesados y más de disfrutar de comidas frescas y naturales.

  • Mejor relación con la comida: Los niños que se acostumbran a una alimentación equilibrada desde pequeños suelen tener una actitud más positiva hacia los alimentos saludables en el futuro.
  • Menos dependencia de alimentos procesados: Al evitar el azúcar y la sal en sus primeros años, es menos probable que busquen estos ingredientes en exceso cuando sean mayores.
  • Hábitos alimenticios saludables: Un paladar educado con alimentos naturales ayuda a fomentar una dieta equilibrada y diversa, clave para un desarrollo sano.


Recuerda: ¡tú eres su ejemplo!

Los niños aprenden observando, y si te ven disfrutar de alimentos naturales y variados, ellos también lo harán. Comer juntos en familia no solo es una oportunidad para inculcar buenos hábitos alimenticios, sino también para que los peques exploren nuevos sabores con tu compañía y apoyo.


Conclusión: Educar el paladar de los más pequeños no solo es posible, ¡es una inversión en su salud futura! Con un poco de paciencia y creatividad, puedes ayudar a tu bebé a disfrutar de sabores naturales y a desarrollar una relación saludable con la comida que perdurará toda la vida.


¿Qué experiencias has tenido educando el paladar de tu peque? ¡Comparte tus historias y consejos con nosotros!

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